lunes, 13 de septiembre de 2010

Hace días que te observo, he contado con los dedos cuántas veces te has reído, una mano me ha valido. Hace días que me fijo, no sé que guardas ahí dentro, a juzgar por lo que veo, nada bueno, nada bueno. ¿De qué tienes miedo? a reír y a llorar luego, a romper el hielo que recubre tu silencio. ¡Suéltate ya! y cuéntame que aquí estamos para eso, para lo bueno y para lo malo, llora ahora y ríe luego. Hace tiempo alguien me dijo cuál era el mejor remedio cuando sin motivo alguno se te iba el mundo al suelo, y si quieres yo te explico en qué consiste el misterio, que no hay cielo, mar, ni tierra, que la vida es un sueño.

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