sábado, 16 de octubre de 2010

Gracias!

A veces, en más días de los que parece, echo la vista atrás y me sorprendo. No me hace falta remontarme a tiempos inmemoriales, ni siquiera a más años de los que puedo contar con los dedos de las manos. Pero han pasado tantas cosas que, en ocasiones, incluso a mí misma, protagonista de la historia, me cuesta creer el cambio de guión que sufrió mi vida, el cambio de personajes, de sentido, de camino.
Porque hubo un punto de inflexión, un antes y un después, un momento demasiado oscuro. Cuando creer en la confianza pendía de un hilo demasiado fino, apareciste tú. Como un huracán, sin permiso, sin avisar, abriste puertas y ventanas de este lugar polvoriento en que se había convertido mi corazón tembloroso. Cuando ya no había remedio para el frío y la noche, desplegaste esa sonrisa tuya que se convirtió en mi sol de repuesto, con la calidez y la luz que aún me daban miedo.. demasiado miedo.
Y sin saber muy bien cuándo ni cómo ni por qué, demasiado rápido e inesperado, te ganaste el todo sin haber tenido nada. Te convertiste en ocupa de este corazón casi vacío, maltrecho y con demasiadas goteras. No lo arreglaste, no fuiste poniendo parches que sólo ocultaran las grietas que había detrás. Lo derrumbaste, acabaste con lo antiguo e impusiste tu toque.
Creaste unos nuevos cimientos, bien hondos, para contrarrestar esos terremotos que, quizá demasiado a menudo, me desestabilizan. Construiste unos pilares fuertes, sólidos, con una masa compacta de abrazos. Unas paredes y un techo gruesos, que aislaran del frío a mi pequeño corazón congelado. Y decoraste su interior con ilusiones, lo empapelaste de sueños compartidos y fuiste rellenando marcos con momentos vividos
Y cuando quise darme cuenta, habías hecho un lugar habitable de ese rincón ruinoso, y hasta te habías convertido en propietaria. Ya tampoco tenía miedo.
Hasta hoy, has seguido ocupando ese pequeño hueco. No es demasiado grande, lo sé, ni lujoso, ni siquiera bonito, pero prometo cuidarlo, hacerlo cálido, una casa. Intentaré que sea el hogar al que quieras y puedas volver cuando amenace tormenta, o en el que puedas secarte si quizá alguna vez llegas a empaparte.
Aunque no sea mucho, te regalo las llaves de este lugar que un día invadiste y ahora…bueno, ahora es tuyo, espero que ya lo sepas. También quiero que sepas que no vas a estar sola, no importa si el momento es bueno o de los que a veces es mejor no recordar demasiado, siempre estará este refugio, más cerca de lo que piensas.
Sólo me queda darte las gracias por reconstruir este corazón que estaba demasiado remendado para soportar más climas intempestivos.
Ya sólo decirte.. bienvenida a casa amiga♥

Black and White Graphics

No hay comentarios:

Publicar un comentario