sábado, 8 de enero de 2011

Para encantarme cada día un poco más.

Y por fin, reaccioné, ya era hora! Aún no me lo puedo creer..
No lo pensé, te cogí de la mano y me hice contigo. ¿Dónde vamos? -te preguntabas- Yo, como de costumbre te dejé con la intriga.
Cerca de las escaleras, estaba ese cuarto oscuro donde la gente escribía en el enorme corcho su fecha más especial. Allí no había nadie, estaba desierto, se podía escuchar el sonido del preciado silencio, (que en muchas ocasiones falta en nuestrol instituto) sólo permanecía allí una antigua mesa, tú y yo. 
Estábamos uno frente a otro, calculo que pasamos unos dos minutos en silencio, mirándonos, aguantándonos las ganas de reir y llorar a la vez, de estallar. Y te armaste de valor para romper aquél temido silencio, -¿Para qué me traes aquí?- ,Bajé la mirada, como casi siempre cuando tú me hablas. Y pensé, pensé en que el cielo estaba precioso hoy, en que el día que yo empezara contigo se convertiría automáticamente en mi número favorito, en que esa chaqueta blanca te hace aún más perfecto de lo que ya eres, que tus manos eran suaves.. 
Sabía que ese día iba a ser el mejor o el peor de mi vida, y ya puestos a arriesgar, lo iba a hacer a lo grande. Tomé tu mano, deslicé mis dedos entre los tuyos. ¡TE QUIERO TANTO! -pensé- Y me dispuse a hacer la pregunta del millón. 
-Ya sabes todo lo que pienso, lo que siento.. pero, ¿y tú?,¿Realmente tú me quieres?- Estaba tan acostumbrada a que me dijeras que te gustaba tanto, pero que no podías estar conmigo que me esperé lo peor.. ¿Por que no piensas un poco más en lo que te puedo dar, y menos en lo que te puedo quitar cuando me vaya? -Dije- Ni siquiera, te dejé responder a mi propia pregunta.
Mis ojos, como de costumbre, se llenaron de lágrimas. Y tú y esa barrera que no te deja reaccionar a nada se quedaron petrificados. Y te miré, te miré como tantas veces, como en el recreo, en los pasillos, por las tardes cuando quedamos, en las fotos del tuenti, en mi mente, te miré y supe que ese era el momento, que ahora o nunca! ¿Y sabes qué?
¡Que lo hice!, ¡Que te besé tan apasionadamente como a nadie! 
Y noté como tu también lo hacías, y te juro que te sentía, te lo juro..
Pero justo entonces, sonó el despertador, y oí a mi madre de lejos decir, cariño deja ya de soñar.. que se te está haciendo tarde.
..Y mi mundo, se me calló, se hizo añicos.


E

1 comentario: