Dejaste caer tu cabeza sobre la mía, notaba cada respiración, coloqué mi mano poco a poco en tu rodilla, nos miramos, creo que te observe tan fijamente que escuchaba en mí cada pensamiento de tu cabeza, eres un cielo pensaba yo y esperaba que tú también me oyeras a mi. Ignorábamos las miradas de la gente, total, estábamos acostumbrados. Después de tenerte tan cerca notaba como mi boca se secaba poco a poco, me quedaba sin aliento, no podía evitar mordisquearme los labios, de pronto me miras te miro y bajamos la mirada, sale una sonrisa de esa boca tuya.. (: Susurrastes algo, y mi corazón avanzaba a mil por hora mientras que tu parecías inquietantemente tranquilo, de repente algo rompía mi tranquilidad y aún más la tuya, era el final, el final del día claro porque para mí eso se acercaba más a un principio ! Me regalaste un adiós mientras tu mano bajaba por mi espalda, nos quedamos con las ganas. Lo bueno se hace esperar, pensé.
Y después de horas juntos, me bastan 45 minutos de los nuestros, sentados en un portalucho.
Definitivamente no eras un capricho, y mucho menos las ganas de sol en días lluviosos. Eres el día lluvioso, la manta, las palomitas y la peli romántica en el salón, lo eres todo.
E.
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