jueves, 11 de noviembre de 2010

Llevan toda la vida hablándome de esas cosas del destino y medias naranjas. Si te digo la verdad, no me las he llegado a creer totalmente ni un solo segundo. Son gilipolleces, amor. Así que espero que nunca se te ocurra alejarme de ti con un pretexto tan típico como ese de que no estamos hechos el uno para el otro, porque sabes de sobra que te quiero tanto que me recortaría en pedacitos, y con pegamento volvería a reconstruirme a tu medida.
 A tu justa medida.

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