Me come el mundo, se me acaba tu aire.

Y sí, a veces me vuelvo loca y empiezo a tirar purpurina hacia el cielo y luego me cae por todo el cuerpo, otras veces comienzo a cantar y bailar y que me griten los vecinos, ¿Qué más da? Otras muchas hago el pino en la pared, otras muchas me pongo la nariz de payaso, y comienzo a revoltijar las cartas de las baraja para luego llevarme horas ordenandolas por colores y números. Otras veces gasto medio bote de colonia esparciendola por mi cuarto y mi madre se enfada por el pestazo que deja. A veces pierdo los anillos, pero me los encuentro debajo de la almohada, y otras muchas veces lloro, tumbada en mi cama, pensando un por qué..