lunes, 20 de diciembre de 2010

Desde cero.

Llevo un año buscándote. ¿Dónde estás? ¿Quién eres? ¿Cuál es tu nombre?
Recuerdo que te veía cada Sábado por la mañana. Yo salía de clase y recorría toda esa calle para que mi padre me recogiera. Y ahí, justo en medio para llamar mi atención, estabas tú. Resaltando entre la multitud. Cantando y llenando de melodías cada mañana. Qué más daba si hacía frío o calor. Tú estabas ahí siempre, para mí.
Recuerdo llegar a mi casa, y hablar de ti.
Recuerdo estar con mis amigos.. y hablar de ti.
Recuerdo quedarme sentada en frente tuyo escuchándote. No me importaba que me estuvieran esperando, que me hablaran, que se enfadaran conmigo, que hiciera frío y yo estuviera sin abrigo.
Recuerdo pasarme horas dando la vuelta a la manzana, para oírte una y otra, y otra vez.
Y que cuando estuviera mal escucharte fuera mi cura, mi único alivio. Y que tu voz se quedara grabada para siempre en mis oídos, en mi cabeza, en mi cuerpo.
Y de repente un día, sin saber cómo ni por qué... desapareciste.
Ya no estabas en esa calle, esos Sábados por la mañana. Ya no alegrabas las mañanas. Ya no resaltaba nadie entre la multitud. Ya no estabas en medio para llamar mi atención.
Y te busqué, mi amor.
Pregunté a cuánta gente pude, en cada tienda, en cada bar que estaba cerca de tu sitio. Y nadie sabía nada de ti, y quiénes sabían... solo te conocían por sentarte y tocar una, simple para ellos, guitarra.
Y pasó un mes. Y te busqué en internet. En youtube. En redes sociales.
Me inventé cuántos nombres pude con tal de encontrarte.
Pero no te llamabas ni Samuel, ni Manuel, ni Javi, ni Dani, ni Christian, ni Jonathan, ni Ángel, y un largo etc que nunca acabaría de mencionar.
Y pasó un mes.
Y dos.
Y cinco.
Y pasó el año. Y fui a la Noche en Blanco con la esperanza de que estuviéras ahí después de tanto tiempo, en tu sitio.
Pero tampoco estabas.
Y dejé que pasara otro mes.
Y ayer volví a pensarte. Y volví a buscarte entre las calles.
Y hoy me desperté, me levanté y volví a recorrerme esa ciudad, con tal de encontrarte.
Y pensé que me rendiría. Pero no.
Te encontraré, cueste lo que cueste. Empezaré de cero a buscarte. Volveré a inventarme mil nombres para ti, mil edades, mil canciones, mil formas de vivir. Volveré a tener a todos como locos hablando de ti, porque ya solo me queda un pequeño recuerdo.. y no quiero que te conviertas en eso, un recuerdo.


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