lunes, 20 de diciembre de 2010

Yo nado en mares pequeños, donde el frío no me de.

Solo una noche, eso es todo lo que te pido. Una noche, solo una. Tú y yo. Hablando de todo y de nada. Prohibido hablar del pasado. Prohibido hablar del futuro. Hablemos solo del presente, o mejor, no hablemos. Abrázame. Fuerte, muy fuerte. Solo abrázame. Quiero sentir tu cuerpo junto al mío, muy cerca. Que el silencio de la habitación nos arrope y solo se oiga el latir veloz de nuestros corazones. Dejemos que nuestros cuerpos hablen por nosotros. Dejemos a nuestras manos la libertad de recorrernos, de conocernos, de amarnos. Hagamos el amor como la primera vez. Como la última. Sin vergüenza, sin rencor. Tan solo con amor, con mucho amor. Durmamos abrazados. Fuerte, muy fuerte. Y al despertar, permíteme ver tu sonrisa, tu preciosa sonrisa. Después me marcharé. Me iré de tu vida. Nunca me volverás a ver. Como si nunca nos hubiésemos conocido. Como si nunca nos hubiésemos enamorado. Como si nunca nos hubiéramos amado. Y esta vez, me iré para siempre, pero siempre te llevaré conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario