sábado, 9 de abril de 2011

Las líneas paralelas se juntan en el infinito; εὐφορία.


Cuando el infinito se acerca nuestras líneas se juntan, es que a ellas tampoco le gusta estar solas. 
Se cortan, se unen, se cruzan, se enredan, y la normalidad ya no cabe aquí, buscamos un hueco en el espacio físico, donde todo tiene posición y dirección, donde cada cosa tiene su propio lugar. Buscamos la perfección. Es absurdo, esperamos al momento perfecto para todo, cuando en realidad es la perfección la que nos persigue a nosotros esperando que construyamos ese momento para deslumbrarnos con uno de sus destellos. Quiero ser ese cuerpo celeste que brille con luz propia, más comúnmente llamado estrella, que haga estremecer todo tu cuerpo al recordar aquel momento. Quiero que tengas 97 años y se te ponga la piel de gallina al revivirlo. Quiero ser el nombre propio de uno de tus sentimientos, a través de el cual tener acceso a un estado anímico interno denominado Felicidad. Quiero ser un libro, quiero demostrar la ética con definiciones gráficas. Conseguiré rápidamente convencerte. Haré que sientas la unión con ese tipo llamado Dios, llegaremos al cielo solos en mi cuarto, hablaremos con los santos, y seguiremos caminando proclamándonos en lo más alto. Haré que tu amígdala cerebral y tu hipotálamo resuelvan sus problemas sin usar la conciencia, te haré una oferta sin necesidad de respuesta. Seré la directora de tus sistemas internos, haré que cada segundo sea especial, sonarán como una orquesta sinfónica en una melodía sin final. Sobrevolaremos Grecia buscando la euforia, aprenderemos griegoεὐφορία,  saborearemos la gloria. 


E

No hay comentarios:

Publicar un comentario